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Hasta nunca

  • Francisco Lopez Fudalej
  • 24 nov 2016
  • 3 Min. de lectura

Los pájaros comienzan a cantar en este amanecer que para mí todavía es oscuro. Vengo todas las madrugadas cuando no puedo dormir, y lloro. Este lugar no me da felicidad, me quita las metas y los objetivos. En este lugar, muero en vida. De todas formas siempre regreso, con la expectativa de encontrar cosas buenas que de vez en cuando consigo. No imaginen un lugar con árboles ni espejos de agua. De hecho nunca puedo verme reflejado. Sólo algunas veces sale el sol y sonrío. De todas formas ni el sol mas radiante puede causarme nuevas sensaciones ni despertar iniciativas. Hay momentos y lugares simbólicos para todos. El primer beso, la primer perdida de inocencia, la primera cita, las mejores vacaciones, el amor de verano, la casa de campo, el primer llanto, el primer corazón roto, la pérdida de algún ser querido. Todo, absolutamente todo momento y lugar nos causa alguna sensación. Incluso lo desconocido despierta nuestro interés. En este lugar, que algún día tuvo brillo, hoy está oscuro. Hoy los pájaros cantan pero pareciera que desafinan. Hace meses que no sale el sol... Por qué vuelvo? No lo sé. De todos modos no soy el único que vuelve a lugares, momentos y personas que los hicieron sufrir, no cierto? En realidad yo era la excepción y ahora estoy cayendo en la regla. Dejenme decirles que el impacto es duro, pero no quiero volver a este lugar donde pasé los mejores y los peores momentos de mi vida, porque últimamente cada vez que vuelvo, lloro. No quiero ser parte de ustedes, incluso ustedes no deberían querer ser parte de aquellos. Es una cuestión de decisiones, o me quedo donde sufro o busco mi felicidad en otro lado. Parece difícil, siendo realista lo es, pero una vez que se decide y se logra salir es hermoso. Comenzas a conocer otros lugares día a día, paisajes imponentes, lagos, mares, montañas, y siempre pero siempre sale el sol. En el camino de un lugar a otro, también hay piedras o precipicios, tampoco quiero ser utópico. Nada puede ser tan bueno. Pero vale la pena, confíen en mí. Para ser mas concreto solo me encuentro en una habitación. Desde aquí escucho el sonido de un despertador que proviene de alguna habitación cercana. Allí alguien saldrá a la vida a golpearse de igual a igual, sin miedo. De hecho esa persona conocerá nuevos lugares hoy y no volverá al mismo de ayer. Quizás vaya al mismo trabajo, saludara a la misma gente y tendrá discusiones similares, pero si es inteligente, no volverá al mismo lugar que ayer. Mas arriba quise ser concreto y terminé haciéndolo más confuso. La habitación es solo el espacio físico en el que me encuentro. Pero mi cerebro y mi corazón están en el pasado sin poder salir, o eso creía hasta ahora. Allí estaban los dos, dando vuelta en círculos, mientras se producían las mismas discusiones entre ambos: - Por este lugar ya pasamos idiota, pide un mapa - Claro que ya pasamos, podríamos evitarlo si hubieras seguido mis consejos Y así todo el tiempo. Los dos perdidos, sin salida y sin rumbo. El pasado es ese lugar oscuro al que no quiero volver, quiero nuevos sueños. Quiero despertarme y que cada mañana los pájaros canten igual pero que los escuche distinto. Quiero sol, quiero desafíos, cambios. Recuperar esa sonrisa que enamoró a tantas y que salía en los momentos difíciles. Disfrutar el hoy y esforzarme por un mejor mañana. Y lo que mas deseo desde los más profundo de mi corazón que encontró nuevamente el rumbo, es no volver a los lugares, momentos y personas que me hicieron llorar. Espero que esos lugares puedan mejorar, que esos momentos sean satisfactorios para otros y que esas personas sean felices. No guardo rencor con nada y con nadie. Solo quiero volver a amarme y a ser feliz. Y aquí estoy nuevamente, comenzando a ver el sol a lo lejos, sonriendo. Adiós pasado, hasta nunca...

 
 
 

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